Vamos a hacer un repaso sobre los problemas musculares, haciendo hincapié en los pequeños desgarros musculares que sufren los corredores de fondo, y que a pesar de lo que nos imaginamos, los sufrimos mas de lo que creemos.
Es muy común pensar que las roturas musculares son propias de actividades rápidas y fraccionadas, como las cuestas o las series. También es normal escuchar que el músculo solo se «rompe» en especialidades de fondo muy explosivas, como el cross o la carrera de obstáculos. Pues bien, las especialidades atléticas que mas casos de sufrimiento, daño y rotura fibrilar muestran, son las que se disputan sobre asfalto y en largas distancias. Las viejas roturas fibrilares ( se evidencian cicatrices no filiadas ), las mialgias post-maratón, etc., son los casos que con mas frecuencia aparecen en las consultas, todo esto no hace mas que dar la razón a estos hecho médicos.
Cuando los músculos están muy cansados, una sesión de cuestas o un simple resbalón sobre el barro pueden ser el desencadenante de una distensión muscular. Las fibras musculares son conducidas a un alargamiento, al cual su calidad elástica no responde. El músculo esta diseñado para alargarse y retraerse. Si no hace esto ultimo, es por que se ha distendido, ha hecho el paso de alargamiento, pero no puede realizar el segundo paso de retraerse.
En la fase de distensión, lo mas que muestran las masas musculares es cierta dureza, pero casi nunca llegan a molestar en caliente. Por tanto, seguimos corriendo. Solo en frío se nos mostraran. El problema es que sin impedimento físico, ni aviso orgánico de que algo anda mal, el músculo sigue sufriendo, seguimos entrenando a buen ritmo ( pues no hay signo de alarma ), por lo que podríamos llegar a un estado de rigidez muscular, en el que algunos grupos de fibrillas se rompen.
La reacción de defensa del organismo que notaremos, es una contracción rápida y violenta, junto con un dolor difuso que nos hace parar. Intentamos estirar pero duele, hemos sufrido entonces un «tirón muscular». Las zonas de mas frecuente localización son los gemelos, abductores y bíceps femoral. Si el tirón ha sido intenso, se manifestara como una pedrada que nos hace parar de inmediato. No solo dolería al estirar y contraer el músculo, sino también en reposo. Estaríamos entonces ante la forma mas grave del tirón muscular, la «rotura parcial fibrilar».
Su prevención y tratamiento son bien sencillos, se nos aconseja primero ser cautos ante cualquier situación de fatiga muscular. Debemos prevenirlos con estiramientos suaves, baños de agua tibia y sal, y entrenamiento adaptado a lo que sintamos ( no pasa nada por desviarse un poquito del entrenamiento de ese día ) son la mejor defensa.
El tratamiento del tirón suave es : hielo, compresión ( vendaje ), antiinflamatorios y varios días de reposo. En los días de reposo probaremos nuestro estado muscular con fáciles y suaves estiramientos, siempre indoloros.
El tratamiento de la rotura parcial es : hielo, compresión con un vendaje fijo y reposo absoluto hasta que por ecografía clínica no se demuestre que esta totalmente curada.
Cuatro consejos útiles para prevenir los tirones :
1 .- Hacer estiramientos suaves, haciendo hincapié en los músculos que mas sufren los tirones.
2 .- Darse baños de agua tibia y sal.
3 .- Masaje habitual.
4 .- Entrenar con cabeza, no forzar los días en que nos encontramos más cansados.